Investigadores del Centro Médico Davis de la Universidad de California y la Academia Americana de Cirugía Plástica y Reconstructiva han creado un músculo artificial que puede ser implantado en los párpados y permite que se vuelva a parpadear o pestañear.
La misión de las pestañas es pestañear. El pestañeo o parpadeo protege contra las partículas de polvo y provoca el cierre involuntario de los ojos ante cuerpos extraños. El parpadeo tiene una frecuencia de una vez cada cinco segundos, exceptuando en las horas de sueño. Este movimiento rítmico también extiende las lágrimas por los ojos. Los ojos necesitan estar húmedos y lubrificados para combatir infecciones y sustancias extrañas.
Algunas enfermedades o accidentes pueden impedir el parpadeo. Para remediar la falta del parpadeo, los cirujanos plásticos han comenzado a implantar músculos artificiales que permiten recuperar la capacidad de pestañear. Estos «músculos» funcionan gracias a los denominados polímeros electroactivos (EPAM, electroactive polymer artificial muscle). Estos polímeros han sido utilizados en la construcción de pequeños robots, debido a que responden a los estímulos eléctricos con cambios significativos en su forma o tamaño, de forma muy parecida a la que actúan los músculos de los seres vivos.
Se cree que podrá ser utilizada en pacientes dentro de no más de cinco años. Hasta ahora solo se ha utilizado en cadáveres. En los cadáveres desarrollaron la técnica para implantar un mecanismo tipo eslinga (material flexible y resistente) capaz de crear una acción idéntica al pestañeo cuando era activada por el músculo artificial. Esta especie de eslinga que se inserta en los párpados está conectada a una pequeña pieza de polímero electroactivo que se alimenta desde una pequeña batería, y todo el conjunto se sujeta a los huesos del rostro mediante tornillos de titanio en la región de la sien. Travis Tollefson, cirujano plástico del Centro Médico Davis de la Universidad de California, explica que “la fuerza requerida para cerrar el párpado esta dentro del margen posible del músculo artificial. Confiamos en que permitirá la creación de un pestañeo natural y sincronizado, capaz de lucir real y simétrico. Este mismo mecanismo podría utilizarse para devolver la capacidad de sonreír a los niños que nacen con parálisis facial”.